En la era de los datos, la comunicación online, las redes sociales y la nomofobia, vamos a hablarte del marketing directo físico como herramienta de comunicación eficaz y alternativa.
¿Cómo? Sí, sí, nos referimos a ese sobre, bolsa o cajita que te llega a tu buzón o incluso directamente a tu mesa del despacho. Ese paquete con información comercial, ofertas, presentaciones. Cada vez recibes menos ¿verdad? Pero todavía existen. Y además ¡funcionan muy bien!
Hay quien pensará que estamos retrocediendo en el tiempo y que este tipo de marketing es un formato obsoleto, pero nosotros te garantizamos que cuando una de las estrategias más clásicas del marketing sobrevive a tantos cambios, será que tiene capacidades y beneficios interesantes.
Ya no hay saturación en los buzones ni en las mesas de tus clientes. Así que si ese marketing directo llega en un envoltorio cuidado y a ser posible voluminoso, su potencial de atracción e interés se incrementa sustancialmente, Como mínimo, despertará la curiosidad por abrirlo y conocer qué hay dentro.
De este modo obtienes más atención y aportas relevancia y memorabilidad por encima de otro tipo de comunicaciones más cotidianas. Si añades en el envío algún elemento memorable, como un pequeño detalle personalizado con tu marca, que genere empatía y se salve de la pertinente lanzada a la papelera, estarás logrando permanecer en la mente de tu cliente por mucho más tiempo.
Puedes trabajar con una base de datos bien segmentada para controlar los costes de envío y aportar una personalización más delicada. Y también puedes combinar la campaña con una acción online o en redes sociales que te ayude a medir los resultados o incluso potencie y viralice el efecto creativo de tu mensaje.
La marca quiso destacar sus más de 60 años en la farmacia obsequiando a sus clientes farmacéuticos con una lata y una taza de toque vintage. Este marketing directo colaboraba en el posicionamiento de la marca como producto clásico, de confianza y en constante evolución.
Para dar a conocer una nueva gama de cremas post operatorias, se realizó un envío a profesionales de la cirugía estética consistente en una caja con un diseño minimalista y elegante de la marca junto a una paleta de colores que hacía referencia a cada uno de los productos.
¿Cómo? Sí, sí, nos referimos a ese sobre, bolsa o cajita que te llega a tu buzón o incluso directamente a tu mesa del despacho. Ese paquete con información comercial, ofertas, presentaciones. Cada vez recibes menos ¿verdad? Pero todavía existen. Y además ¡funcionan muy bien!
Hay quien pensará que estamos retrocediendo en el tiempo y que este tipo de marketing es un formato obsoleto, pero nosotros te garantizamos que cuando una de las estrategias más clásicas del marketing sobrevive a tantos cambios, será que tiene capacidades y beneficios interesantes.
Notoriedad
Justamente el desuso convierte a este tipo de envíos en una táctica eficaz y diferencial.Ya no hay saturación en los buzones ni en las mesas de tus clientes. Así que si ese marketing directo llega en un envoltorio cuidado y a ser posible voluminoso, su potencial de atracción e interés se incrementa sustancialmente, Como mínimo, despertará la curiosidad por abrirlo y conocer qué hay dentro.
Un valor tangible y memorable
Imagina, tu mensaje llega directamente a las manos de tu cliente, invitándole a usar más de un sentido y abriendo su capacidad receptiva.De este modo obtienes más atención y aportas relevancia y memorabilidad por encima de otro tipo de comunicaciones más cotidianas. Si añades en el envío algún elemento memorable, como un pequeño detalle personalizado con tu marca, que genere empatía y se salve de la pertinente lanzada a la papelera, estarás logrando permanecer en la mente de tu cliente por mucho más tiempo.
Segmentable y medible
Aunque hoy te estamos hablando de una herramienta esencialmente offline, no pretendemos que tengas que reusar a las múltiples oportunidades que te ofrecen las nuevas tecnologías para mejorar su eficacia e impacto.Puedes trabajar con una base de datos bien segmentada para controlar los costes de envío y aportar una personalización más delicada. Y también puedes combinar la campaña con una acción online o en redes sociales que te ayude a medir los resultados o incluso potencie y viralice el efecto creativo de tu mensaje.